Galletas caseras sin azúcar… y deliciosas

Galletas caseras sin azúcar… y deliciosas

Llevaba días con ganas de hacer alguna receta diferente, algo de repostería casera que M también pudiera degustar. Resulta difícil dar con una elaboración en la que no haya, como mínimo, una pizca de azúcar o chocolate. Lo cual, por otro lado, no consigue satisfacer en su totalidad ni el paladar del señor A ni el mío.

A pesar de estar muy concienciados en ir eliminando paulatinamente el sabor dulce extremo de nuestras dietas, es algo costoso, ya que es un hábito que hemos adquirido y alimentado (nunca mejor dicho) hasta la actualidad y requiere mucha fuerza de voluntad, además de unos cuantos malabares en lo que a dar con recetas ricas a la par que saludables se refiere. Porque sí, señoras y señores, TODO, absolutamente todo lo que comemos, lleva azúcar.

Curioseando en la red hace pocos días, encontré una receta de galletas caseras que tenían una pinta bastante aceptable, pero que finalmente quedaron algo insípidas para mi gusto. Unos días más tarde, mi hermana (estupenda repostera amateur) me descubrió la receta con el ingrediente insólito que consiguió llenarlas de sabor. La autora de ésta es Alma Obregón, quien tiene un recetario muy amplio en su página, por si a alguien le interesa ojear el contenido.

Las ventajas que tiene esta elaboración son: por un lado, su sencillez. Es decir, no hay que ser un as en la cocina para obtener unas deliciosas galletas como resultado final. Y por otro lado, el poco tiempo que invertiremos, además de la poca cantidad y variedad de ingredientes necesarios para el proceso. Os detallo la receta a continuación.

Ingredientes:

  • Un plátano maduro
  • Entre 60 y 80gr de compota o puré de manzana
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 100gr de copos de avena
  • 25gr de harina de trigo

El proceso, como he dicho, es muy sencillo. Añadiremos a un recipiente todos los ingredientes arriba mencionados y los mezclaremos con una batidora. Una vez hayamos obtenido una masa densa, prepararemos la bandeja con papel de horno en el que colocaremos unas bolas con la mezcla. Ayudándonos con dos cucharas la tarea nos resultará más fácil. Una vez hecho esto, podemos humedecer nuestras manos para que nos sea más cómodo manipular las bolas, a fin de darles forma y poder aplastarlas sin que se nos queden restos de masa entre los dedos.

El último paso consistirá en introducir la bandeja al horno, a una temperatura de 170 grados (dependerá del horno), y dejarla unos 10-12 minutos aproximadamente; hasta que veamos que las galletas cogen un tono dorado.

Después de dejarlas enfriar en un soporte de rejilla, sólo queda saborearlas. Salen entre 12 y 15 galletas más o menos, lo cual nos da para unos cuantos días.

Si alguien se anima con esta receta, le/la invito también a dejar un comentario con su opinión.

Bon appetit!

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