Vivimos en un mundo acelerado en el que no se respetan los ritmos individuales de cada persona. Nuestras prisas exigen a lxs niñxs crecer demasiado rápido, aprender de todo cuanto antes y, a menudo, dejar de ser (demasiado pronto) precisamente lo que son: niñxs. Confiemos en ellxs, démosles la oportunidad de conocerse y aprender por sí mismos, sin presión, sin intervención adulta, y disfrutemos de este maravilloso camino a su lado.
En el mundo hay diversas formas de transmitir amor a los demás. Y a pesar de las dimensiones de nuestro planeta y de los miles de millones de personas que lo habitamos, es curioso como el uso de un mismo gesto nos puede unir a todos/as. …