Existen en el mercado diversos juegos para ejercitar la memoria, pero ninguno tan atractivo y personalizado como éste. Para hacerlo, sólo necesitaremos una base de cartón-pluma (se puede utilizar cartón, pero es menos resistente). A continuación, fotocopiaremos los retratos familiares o de amigos/as que queramos añadir (dos copias de cada persona).

El proceso es tan sencillo como rápido. Se trata de medir y cortar el cartón- pluma en piezas del mismo tamaño para, finalmente, pegar en cada una de ellas las fotos que tenemos impresas. Una vez hecho esto, el siguiente paso es estrenar el material.

Para quien desconozca la dinámica, la explico de manera resumida. Se colocan todas las fichas boca abajo y un/a jugador/a destapa dos de ellas. Si encuentra las piezas con la misma imagen, se las guarda y sigue jugando hasta fallar (dejándolas de nuevo tapadas). Durante la partida hay que estar atento/a de cada jugada y recordar dónde quedan situadas las fichas que se van levantando. Así es como trabajaremos, de manera lúdica, la memoria y la capacidad de atención.

Este juego puede ser adecuado para niños/as a partir de 3 años. A esa edad ya son capaces de permanecer un rato sentados/as disfrutando de una breve partida a un juego de mesa apropiado para su edad.

Dado que en la escuela ya comienzan a familiarizarse con las letras, no estaría de más añadir el nombre de cada persona debajo de su foto. No hay porqué hacer incapié en ello, basta con responder a sus muestras de interés (si las hubiera), ya que son muy jóvenes aún para comenzar a leer. Esas palabras escritas debajo de cada foto, no representan más que una nueva imagen que pueden ir asociando a cada familiar de manera inconsciente.

Más adelante, siempre dependerá del interés y las ganas del/de la niño/a, se podría sustituir una de las dos piezas iguales por otra que sólo lleve escrito el nombre de la persona (sin la imagen). La ficha con la foto tendría también el nombre como referencia a la hora de buscar la pareja. En esta modalidad, será más fácil comenzar con todas las fichas descubiertas, para poder emparejar mejor las fichas al principio y habituarse a los nuevos cambios.